Sí, me sienta mal que te olvides de mis sueños, que no recuerdes mi apellido ni como son mis besos. También que no te sepas mi cumpleaños ni la primera vez de nuestros cuerpos.
No puedo evitar molestarme cuando no me llamas para darme las buenas noches, cuando llegas tarde y no me saludas y ni te importa dejarme sola en la cama para seguir con tu vida, Cuando, por algún casual, te llama una amiga y no hay nunca tiempo para nosotras.
Tampoco me hace gracia ser la única a la que no incluyes en tus historias, para la que no usas la memoria ni sigues lo que te dicta el corazón.
Tal vez suene exigente, pero no.
Me entristece cuando salgo de un examen del que no me diste ánimo y no preguntas como fue porque tienes otras cosas en la cabeza. Cuando sabes que necesito tu apoyo y no me lo demuestras.
Me importa serte indiferente a todas horas, que no pienses en mí como hago yo contigo.
Me importas, que lo sepas, pero no perderé más el tiempo, cariño.
Garmendia 02/05/2011