viernes, 3 de mayo de 2013

De nuevo y más irónico


Detesto esa larga sonrisa hasta las orejas y la exagerada muestra de felicidad. Esa falsedad es la mejor manera de definir el acto de ocultar la tristeza que siente por ser el más deseado, el menos valorado.

Siempre por los demás, rodeado de risas.

Me deprimo solo al ver cómo alegra a la gente que olvida su propio estado. Es solo un instrumento sin mayor importancia que la de su hortera personalidad y divinación de la representación de la comedia.

Sin embargo, siempre me toca ser el payaso.

Otra vuelta de hoja y, cuando consigo acariciarlo, se difunde con el negro fondo de la desesperación. El telón granate que se arrastra por el andamio, se pierde con sus ondulaciones en la oscuridad, en la absoluta soledad.

Los zapatos me bailan en los pies. Me dejan respirar los dedos pero me hacen pensar que no es mi lugar.

Me va demasiado grande.

¿Cómo no va a ser demasiado grande, si ni veo el fondo de las risas que inundan los asientos?

Soledad ante tanta fortuna… o sin fortuna.

Porque, a pesar de la simpatía del público, mi posición será la misma. Mis oportunidades, nulas.

Buenos días, y con una alegre sonrisa puedo hacer feliz al desgraciado, también detesto la falta de atención de éste para con mi trabajo.

El maquillaje es mi mejor marca, el recuerdo que consigue atemorizar a algunos niños y pervertir a sus padres, que siguen su vida tras la actuación. Mis lágrimas no traspasan la máscara blanca o, si lo hacen, se camuflan con las gotas de sudor que recorren mis mejillas.

Mis manos, desnudas, siempre dispuestas a las bromas, a las inocentadas. A lanzar una tarta a la cara de un secundario, pero también a caer desde el trapecio, siendo mis andrajosas ropas mojadas objeto de burla.

Los churretones de pintura guían hasta, de nuevo, la larga sonrisa que tanto detesto.
Lo peor no es que se rían de mis desgracias, sino que les persiga la indiferencia


lunes, 29 de octubre de 2012

Situación dolorosa




La belleza me susurra que no existe nada más bello, que mi búsqueda acaba en este instante en que te encuentro, desnuda, ante mí. He podido tardar años en encontrar algo que ya sabía en el fondo de mi alma.

Que tú eres mía.

Y sigues sin serlo, siguiendo los pasos de alguien que no te valora, que no ve la luz con que me tocas. Eres solo un sueño y me llaman cada noche a soñar. En cambio tú sigues en su cama esperando una pasión que has provocado en mí y que ahora quieres averiguar.

Sólo soy curiosidad.

Tal vez consiga hacerte sentir lo que yo siento, sólo por un rato, un instante. Se puede ir al paraíso aún sabiendo que es una mentira.

Y ahora, vestida, vuelves a su cama.

jueves, 15 de diciembre de 2011

Demasiado Tarde para Preguntas



Tal vez si hubiera preguntado dónde. Tal vez si comenzásemos averiguando qué vamos a hacer. Tal vez lo hubiéramos evitado.
No puede evitar estremecerse al enloquecer por esta mentira difuminada, por el corazón que ya no late en la cama del hospital. Coge su mano y la estruja contra su pecho y piensa de nuevo como comenzar.
Tal vez si hubiera preguntado donde, y no porque, lo podríamos haber evitado.

viernes, 10 de junio de 2011

Precipicio de Impresiones


Drena sus ojos y siente que vuela sin el peso de las caricias del amante perdido, un desconocido. Solo se dejó llevar y ahora no sabe dónde ir ni cómo hacer que la vida siga su curso en el corazón parado. Ahora sabe lo que siente cuando el agua te quema el cuerpo, ahora sabe que estar cinco horas dando vueltas en la ducha no puede ser sano.

Pero piensa que se lo merece.

Sigue con la vista una gota que parece lila con los reflejos de la luz, que resbala por su rodilla y la lleva a lugares explorados hace poco. Porque sabe que la música la guía en su camino, o solo es la locura que le hace delirar.

¿Cómo puede coger la cuchilla y sentir que es el comienzo cuando se atraviesa la piel? Ve cómo se desgarra sangrando una parte de sí misma y la mueca que refleja no es su rostro.

No puede serlo.

Tan sola, tan acabada sin poder decir nada, arruinada. Avergonzada de sí misma, de lo tonta que fue. Que la hoja no corte bien.

Se araña los muslos del dolor y clama piedad a sí misma, al viento que se lleva su alma y cae al vacío. Acuclillada ve cómo los segundos pasan junto a ella y el cansancio.

Tal vez ese barranco si sea capaz de escalarlo.

Garmendia                                        06/06/2011

sábado, 4 de junio de 2011

Pérdida de esperanza

Sí, me sienta mal que te olvides de mis sueños, que no recuerdes mi apellido ni como son mis besos. También que no te sepas mi cumpleaños ni la primera vez de nuestros cuerpos.

No puedo evitar molestarme cuando no me llamas para darme las buenas noches, cuando llegas tarde y no me saludas y ni te importa dejarme sola en la cama para seguir con tu vida, Cuando, por algún casual, te llama una amiga y no hay nunca tiempo para nosotras.

Tampoco me hace gracia ser la única a la que no incluyes en tus historias, para la que no usas la memoria ni sigues lo que te dicta el corazón.

Tal vez suene exigente, pero no.

Me entristece cuando salgo de un examen del que no me diste ánimo y no preguntas como fue porque tienes otras cosas en la cabeza. Cuando sabes que necesito tu apoyo y no me lo demuestras.

Me importa serte indiferente a todas horas, que no pienses en mí como hago yo contigo.

Me importas, que lo sepas, pero no perderé más el tiempo, cariño.

Garmendia                                                                      02/05/2011

jueves, 2 de junio de 2011

Pasaje al Infierno


La profundidad me besa con su ahora de mujer y siento que el corazón me pesa  cuando veo al infierno volver a mí, inundándome con sus llamas. Su particular carisma ardiente abraza mis sentidos y me araña la espalda y solo puedo pensar que no merezco esto una vez más. La nueva tierra, para mi pesar, es virgen de vida, no puede respirar.

Ando a través de las grietas del suelo y se me clavan las piedrecitas, haciéndome sangre en los pies, pero casi ni lo noto porque solo me dijo en el final del camino, lejano a mi vista, pero existe.

Sé que existe.

Mis ojos se acostumbran al contraste de fuego y sombras y me pierdo en el laberinto de las olas de un mar perdido.

Tengo algo de sed y aparece una fuente de piedra con agua que no llega a salir, que se evapora antes de llegar a mis labios entreabiertos. Sigo adelante y tengo la certeza de no ir a ningún lado y ser la decisión más importante del mundo.

Llego, al fin, a la nada imperceptible y me arrastro suplicando alguna cosa, pero ni siquiera sé a quién. Me siento y espero una oportunidad o, simplemente, la eternidad solitaria con un amor prohibido:

La certeza del existir.

Garmendia                                                       31/05/2011

miércoles, 1 de junio de 2011

Ausencia


Que eterna se siente la oscuridad tras haber pasado las últimas horas contigo. Cada vez que miro el reloj las agujas giran al contrario y se me seca la boca, se me cierra el estómago.

Y seguiré días sin verte.

Porque la vida es solitaria si no estás tú. Sin ti, nada es lo mismo. Y mi felicidad escapa entre mis dedos como revoltosas mariposas que me llevan al paraíso.

No puedo hacer sino esperar, esperar a que termine esta época de soledad y vivir de nuevo las horas contigo.

A tu lado es donde quiero estar.