miércoles, 9 de junio de 2010

Retraso


La cena se enfriaba en la mesa y ella no llegaba... Todas las noches oigo la llave entrar en la cerradura a las 22:00 en punto.

Hoy no fue así.

Ahora había pasado más de una hora de su llegada habitual y nada, ni siquiera una llamada telefónica. Empiezo a sospechar que algo inevitable ha ocurrido y los nervios no disimulan su actividad.

Decido contactar con ella en vez de esperar su llamada y marco su número en la pantalla del móvil. Al tercer timbre escucho como descuelgan el teléfono y una voz desconocida me dice que me siente...

Ella ya no está conmigo.

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